Por Néstor Márquez | Investigador del Centro de Evolución Digital
Dicha tecnología ha generado la expectativa de que la inteligencia artificial pueda ser utilizada para casi cualquier cosa que se pueda imaginar.
“Usuarios de ChatGPT, prepárense para el mayor anuncio de la década”, dijo el publicista Rick van Kollenburg refiriéndose al reciente lanzamiento de ChatGPT4, herramienta de inteligencia artificial (IA) que, entre sus principales cualidades, tiene la capacidad de procesar textos, números e imágenes. Dicha tecnología ha generado la expectativa de que la inteligencia artificial pueda ser utilizada para casi cualquier cosa que se pueda imaginar, como escribir libros, resolver problemas matemáticos e incluso generar videos.
Pese el entusiasmo de Rick, y el de muchos otros que consideran se ha cruzado un punto de inflexión, así se han creado los inviernos de la inteligencia artificial. Entendamos que la IA no es una herramienta, sino un campo de investigación que genera, por supuesto, otras herramientas, además de conocimiento básico y aplicado. Esos inviernos han sucedido y han durado mucho tiempo cuando creemos que vamos a alcanzar un moonshot. Dicho de otra manera, la utopía de las máquinas inteligentes.
GPT3 salió en 2020 y se utilizó una versión mejorada, GPT3.5, para crear ChatGPT. El lanzamiento de GPT4 fue muy esperado y los miembros más entusiasmados de la comunidad de IA y el mundo de Silicon Valley afirman que es un paso enorme. Hacer predicciones descabelladas sobre las capacidades de GPT4 se convirtió en una especie de meme, particularmente cuando se trataba de adivinar la cantidad de parámetros del modelo (una métrica que corresponde a la complejidad de un sistema de IA y, aproximadamente, su capacidad, pero no de forma lineal).
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, empresa que desarrolló GPT4, ha abordado temas como las preocupaciones actuales sobre el sesgo en los sistemas de inteligencia artificial y la amenaza del plagio en la educación, pero sugirió que la sociedad deberá adaptarse a la realidad del texto auto generado. Altman también compartió su preferencia personal por aprender de ChatGPT en lugar de libros de texto y enfatizó la naturaleza gradual de la transición a la inteligencia artificial general (AGI).