Elaborado por Luis Hernández Aramburo, profesor de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
Sequías, incendios, tornados: la frecuencia y severidad del impacto climático es cada vez más evidente en nuestra vida diaria. De igual forma, estos impactos afectan el desempeño de las empresas, alrededor de las cuales organizamos nuestras actividades económicas. Por ello, se vuelve cada vez más urgente que las organizaciones revelen el impacto de los riesgos climáticos, con las profundas implicaciones que existen en la determinación de su valor, así como que sean capaces de analizar su capacidad para soportar y financiar proyectos que las protejan ante estos nuevos riesgos.
Durante 2023, se publicaron las Normas Internacionales de Información Financiera conocidas como IFRS S1 e IFRS S2 por el International Sustainability Standard Board. Los Estándares Internacionales de Revelación Financiera (IFRS, por sus siglas en inglés) representan un conjunto de reglas contables que permiten comparar de manera consistente, transparente y global los estados financieros de una compañía. En particular, el IFRS S1 trata sobre los criterios generales de revelación en temas de sostenibilidad, y el IFRS 2 trata la revelación de riesgos climáticos.
La publicación de estos estándares es un enorme paso para la convergencia de criterios sobre sostenibilidad y riesgo climático. La diversidad de criterios de revelación facilitaba el surgimiento de prácticas inadecuadas como el “greenwashing”, que consiste en proporcionar información falsa con el fin de hacer parecer las prácticas de las empresas como sustentables cuando realmente no lo son. Adicionalmente, los nuevos estándares favorecerán la canalización de recursos financieros como los llamados “bonos verdes”.
Los IFRS se nutren de varios estándares, como el PRI, GRI, GHC, CDP y, en particular, del TCFD, promovido por el Financial Stability Board. Si bien el tiempo y la obligatoriedad con la que se establezcan los estándares IFRS S1 y S2 van a variar por jurisdicción, cabe destacar que en México el Comité de Finanzas Sostenibles, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Banco de México y el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera ya se encuentran trabajando en su instrumentación.
Algunos de los puntos más notables que vale la pena tener en cuenta sobre estos criterios son:
1. Las normas buscan que los impactos de sostenibilidad y riesgo climático se reflejen en los estados financieros de las empresas, su desempeño financiero y su flujo de caja. De esta manera, el riesgo climático no se refleja en reportes separados que obscurecen su impacto financiero. Asimismo, se resalta la materialidad, es decir la magnitud del impacto.
2. Se toma una visión amplia del riesgo climático. No se consideran solo los riesgos físicos como los incendios, tornados y sequías, sino también los riesgos de transición, es decir, aquellos que impactan a las empresas por el movimiento a una economía de bajas emisiones de carbono. Estos riesgos incluyen cambios regulatorios, tecnológicos o en las preferencias de las personas. Cabe destacar que hay cierta relación inversa entre los riesgos físicos y los de transición: si se logra transitar a una economía que disminuya las emisiones de gases invernadero, posiblemente los riesgos físicos disminuyan, pero los de transición aumenten. Por otra parte, si no se toman acciones, el riesgo de transición será bajo, pero el riesgo físico alto. Finalmente, las normas no solo consideran los riesgos climáticos: la empresa también puede reflejar los beneficios que traen las oportunidades de nuevos negocios asociados a la transición energética.
3. Las normas se estructuran con base en cuatro pilares que consisten en la revelación de aspectos sobre gobierno corporativo, estrategia, administración de riesgos y métricas y objetivos. De esta manera, se busca informar cómo la empresa mide, gestiona, informa y supervisa el impacto del riesgo climático. Es importante destacar que el objetivo principal del IFRS S2 es identificar el impacto del riesgo climático sobre la empresa y no tanto el impacto que tiene la empresa sobre el clima. No obstante, la norma sí considera que las empresas cuantifiquen su impacto en la emisión directa de gases invernadero (Emisiones Scope 1), matriz de uso energético (Emisiones Scope 2) y las emisiones indirectas a través de la cadena de suministro hacia arriba y hacia bajo (Emisiones Scope 3).
4. Un aspecto destacado de la IFRS S2 es el uso de escenarios. El impacto del riesgo climático sobre una empresa es complicado e incierto. El uso de escenarios permite a una empresa determinar su capacidad para soportar ciertos riesgos (resiliance) ante una diversidad de circunstancias. La norma considera que las empresas deben pasar gradualmente por fases de mayor rigor analítico, empezando con el uso de narrativas y finalizando con la aplicación de modelos estadísticos.
Los directivos de las empresas harán bien en irse familiarizando con estas normas y encontrar cómo implementarlas de manera gradual.
Publicado originalmente en Las Empresas Verdes.